Si tienes un negocio, una guía para no financieros: cómo leer un balance general, es parte esencial para tener visión de las finanzas.
Entender un balance general puede parecer una tarea intimidante si no tienes formación en finanzas o contabilidad. Sin embargo, si tienes un negocio, estás emprendiendo o simplemente quieres tener una mejor visión de tus finanzas personales, aprender a leer un balance general es un paso importante. Por ello, te compartimos una guía para no financieros: cómo leer un balance general.
La buena noticia es que no necesitas ser contador para entenderlo; con un poco de orientación, puedes empezar a ver lo que realmente importa en este documento.
En esta guía sencilla y práctica, te explicaremos qué es un balance general, cuáles son sus partes clave y cómo interpretarlo para tomar decisiones más informadas.
¿Qué es un balance general?
El balance general, también llamado estado de situación financiera, es uno de los principales estados financieros de una empresa. Su propósito es mostrar una fotografía de la situación económica de una organización en un momento determinado. En otras palabras, te dice cuánto tiene, cuánto debe y cuánto le pertenece a sus dueños.
Se compone de tres elementos básicos:
- Activos: lo que la empresa posee.
- Pasivos: lo que la empresa debe.
- Patrimonio: la parte que realmente le pertenece a los dueños o accionistas (es decir, lo que queda después de pagar las deudas).
La fórmula que resume todo esto es:
Activos = Pasivos + Patrimonio
Esta ecuación siempre debe cuadrar, y por eso se llama “balance”.
1. Activos: Lo que tienes
Los activos son todos los bienes y derechos que posee una empresa. Se dividen en dos grandes grupos:
a) Activos Corrientes (o circulantes)
Son aquellos que se espera convertir en dinero en efectivo o usar en menos de un año. Ejemplos:
- Caja y bancos
- Cuentas por cobrar
- Inventario
- Inversiones a corto plazo
b) Activos no corrientes (o fijos)
Son bienes que duran más de un año y que la empresa usa en sus operaciones. Ejemplos:
- Propiedades
- Equipos y maquinaria
- Vehículos
- Software
Cuando revises un balance general, empieza observando qué tanto tiene la empresa en activos corrientes versus no corrientes. Esto te dará una idea de su liquidez, es decir, su capacidad para responder a compromisos a corto plazo.
2. Pasivos: Lo que debes
Los pasivos representan las obligaciones que tiene la empresa con terceros. También se dividen en dos tipos:
a) Pasivos corrientes
Son deudas que se deben pagar en menos de un año. Por ejemplo:
- Cuentas por pagar a proveedores
- Préstamos de corto plazo
- Impuestos por pagar
b) Pasivos no corrientes
Son deudas o compromisos que se pagan a largo plazo, como:
- Créditos bancarios a largo plazo
- Bonos emitidos
- Obligaciones laborales a largo plazo
Analizar los pasivos te permite saber cuán endeudada está la empresa y qué tan sostenible es su modelo financiero.
3. Patrimonio: Lo que realmente es tuyo
El patrimonio es el valor residual que queda después de restar los pasivos a los activos. Es decir, representa la inversión de los dueños más las utilidades acumuladas (o menos las pérdidas). Algunos elementos comunes del patrimonio son:
- Capital social
- Reservas
- Utilidades retenidas
Un patrimonio saludable indica que la empresa está generando valor para sus dueños. Si el patrimonio es negativo, es una señal de alerta: la empresa puede estar endeudada más allá de su capacidad real.
¿Qué información puedes obtener del balance general?
Aunque no seas financiero, hay varios datos clave que puedes analizar:
a) Liquidez
Compara los activos corrientes con los pasivos corrientes. Si los activos son mayores, la empresa puede enfrentar sus deudas de corto plazo con tranquilidad.
b) Nivel de endeudamiento
Una forma simple de ver esto es comparando el total de pasivos con el total de activos. Si la deuda es muy alta en proporción a lo que se tiene, puede ser riesgoso.
c) Solidez patrimonial
Un buen nivel de patrimonio muestra que la empresa tiene respaldo propio. Las utilidades acumuladas también muestran si ha habido crecimiento con el tiempo.
Consejos para no financieros al leer un balance
- Busca tendencias: No te quedes solo con una fecha. Mira balances de varios meses o años para ver cómo ha evolucionado la empresa.
- Analiza proporciones: No necesitas memorizar cifras exactas. A veces basta con observar qué proporción ocupan los activos corrientes, o si el patrimonio representa una parte significativa del total.
- Complementa con otros estados: El balance general muestra una foto, pero no te dice toda la historia. El estado de resultados y el flujo de caja también son importantes.
- Haz preguntas simples: ¿La empresa tiene más de lo que debe? ¿Tiene dinero suficiente para pagar sus deudas a corto plazo? ¿Está creciendo su patrimonio?
¿Y esto qué tiene que ver conmigo?
Aunque no tengas una empresa, entender un balance general puede ayudarte en muchas áreas:
- Si eres emprendedor o freelancer, sabrás cómo medir tu situación financiera.
- Si quieres invertir en una empresa, sabrás si es solvente o está en riesgo.
- Si manejas tus finanzas personales con más seriedad, puedes crear tu propio mini balance para tomar mejores decisiones: ¿tus activos (dinero, ahorros, propiedades) superan tus pasivos (deudas, tarjetas)?
Con esta guía para no financieros: cómo leer un balance general, podrás hacer tus cálculos contables, sin necesidad de un profesional, sobretodo al inicio de tu negocio.
Tip extra
En países como Perú, donde hay operaciones en dólares y soles, los balances suelen tener activos y pasivos en ambas monedas. Esto puede afectar el análisis si no se tiene en cuenta el tipo de cambio.
Por ejemplo, si tienes una deuda en dólares, pero tus ingresos son en soles, una subida del dólar puede aumentar tu carga financiera. Aquí es donde entra la importancia de estar atentos al tipo de cambio y hacer conversiones estratégicas.
Leer un balance general no tiene por qué ser complicado. Con esta guía básica ya puedes empezar a familiarizarte con los conceptos clave y hacer preguntas inteligentes sobre la salud financiera de un negocio o incluso de tus propias finanzas.
Y si tienes ingresos o gastos en distintas monedas, recuerda que cuidar el tipo de cambio también es parte de una buena salud financiera. Para eso, puedes contar con Yanki, una casa de cambios digital segura, rápida y confiable, donde puedes cambiar dólares a soles (y viceversa) con un tipo de cambio competitivo y sin salir de casa.
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